Tienes el mar en tu habitación,
caracolas suaves en tu piel.
Margaritas dormidas en tu alma,
una poesía agridulce en tu mirar.
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Te inundas de amor en mis brazos,
expandiendo la brisa de tu corazón.
Llegando como el sonido de una ola,
a mi muerte.
Para renacer emergiendo de la sombras,
en tu jardín perfumado y sentimental.
Lorenzo Valenzuela.Texto dclarado en la Sgae.
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