Amor si no volviera,
me inventaría en tu sombra,
para regalarte en la noche,
nuestras canciones de amor...
Y tu que embelesas con tus andares la tarde,
ensoñarías con tu alma clara nuestros días felices.
Porque tu por ser hermosa te saludan los atardeceres,
que pinta cada tarde el señor del universo que nos habita.
Y las olas que tanto amas te cuentan historias imposibles,
que tu reinventas en mil colores mecidos de azul.
Pero yo siempre vuelvo,
renacido entre amapolas,
para acariciar tus noches,
de inmensa y profunda soledad.
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Porque llenas de palabras preciosas este mundo,
con tu dulzura de princesa japonesa....de pitimini.
Y regalas tu universo de amor inmenso,
a todo el que roza tu mirada de guapura inagotable.
Para derramar tu dulzura por la vida,
perdonando a la tristeza su compañía inestimable,
reflejando en tus pensamientos, la paz y la compasión.
Lorenzo Valenzuela.Texto declarado en la Sgae.
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