El tiempo agita el viento de nuestro destino divino.
Tormentas de plata truenan junto a mi almohada dorada.
Viendo el atardecer resucitaré de entre las cenizas olvidadas.
Amon-Ra entenderá la locura inolvidable de este amor sagrado,
se cumplirá la profecía de tu cuerpo junto a mi cuerpo
enredado entre tus claros senos plenos de belleza y luz.
Lorenzo Valenzuela.Texto declarado en la Sgae.
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