Habita en el recuerdo de las tibias despedidas en los brazos de mi abuela Angeles,renace en tu sonrisa cuando te canto bajito junto a tu almohada,se pinta de colores rosa y malva en el ensueño de un bello amanecer en los campos,vive eternamente flotando en los valses de Chopin,viaja alrededor de este mundo en cada una de las dulces manos de una madre,juega contenta cuando un niño te explica el cuento de blancanieves con los gestos de sus dedos,grita enloquecida cuando los hombres utilizan la violencia, para imponer sus leyes.
También,se mece en mi memoria en aquellos giros imposibles de la bailarina Margot Fonteyn,sigue soñando feliz pensando que algún día los hombres lleguen a entender su significado,goza extasiada en la armonía natural de los cuatro elementos,vuela entre la nubes saltando cuando juego"al veo,veo" mirando el cielo con mi hija, vive cantando su eterna melodía en las maravillosas lineas de los dibujos de Matisse y pinta cada día sus trazos en el aire cuando lentamente se acarician tus manos y mi piel.
Lorenzo Valenzuela.Texto declarado en el Sgae.
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